Paprocany Waterfront | Francisco Camino

Tychy es una industrial ciudad del sur de Polonia, cercana a Katowice en la Alta Silesia. Hasta la Segunda Guerra Mundial estaba muy vinculada al carbón, con importantes yacimientos mineros en su entorno más próximo. Tras la invasión alemana entró en una fase de declive, recuperando una cierta prosperidad con la llegada de la industria automovilística, pero sobre todo con las empresas cerveceras. Los sucesivos gobiernos trataron de controlar su crecimiento para que Tychy no adquiriera demasiada importancia, aislando la ciudad antigua y creando al norte una nueva ciudad de nuevo y controlado trazado. Entre ambas, el lago Paprocany, como accidente geográfico separador y receptor de vertidos industriales.

El Paprocany era la “parte de atrás” de las dos ciudades, la vieja y la nueva, que vivían una de espaldas a la otra. Esta situación originó el abandono del lago y de todo su entorno, hasta que,  cinco años atrás, todo cambió. Las nuevas autoridades y la nueva clase empresarial se dieron cuenta del potencial integrador del lago, que podía transformarse su carácter separador hasta convertir al Paprocany en el principal elemento integrador de las dos ciudades que antes se daban la espalda. Se propusieron, además de sanear y descontaminar el lago, crear un gran espacio forestal, que fuera el gran parque urbano de la ciudad suma de las otras dos.

Las autoridades municipales impulsaron la implantación de diferentes equipamientos deportivos, culturales y de esparcimiento en el entorno del Paprocany, que a su vez fue descontaminado. También se plantaron muchos árboles, que se sumaron a los existentes, creando un gran pulmón verde, lo que antes era una un sucio y contaminado lugar. Pero el gran hallazgo, arquitectónico y urbanístico, fue la implantación de un gran elemento conector que actuaba de paseo que unía, cosía toda la zona y le daba un carácter identificador.

El referido elemento conector, construido, casi en su totalidad, con madera, tenía el carácter de un gran paseo marítimo, que penetraba, volando sobre el agua, en la laguna y después retrocedía sobre tierra, creando agradables espacios de estancia y contemplación. El paseo de madera recorre toda la orilla, serpenteando, ensanchándose, estrechándose, siempre con sinuosas curvas. Todo ello produce distintas percepciones del entorno, creando la sensación de estar en lugares muy diferentes.

La acertada actuación es del equipo polaco RS+, que ha conseguido con una sencilla intervención una gran transformación, tanto del entorno próximo al lago, como del ámbito territorial, convirtiendo dos ciudades que se daban la espalda, con un espacio contaminado ente ellas, en una gran ciudad, que tiene dos núcleos que se complementan, con un gran espacio verde que las une y que ha pasado a ser el lugar más bello del conjunto. Leer más aquí

 

 

Francisco Camino Arias | Arquitecto

 

 

@PachoCamino

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