Una de las imágenes icónicas de Australia son las fachadas con humildes revestimientos de hojalata. Redfern, céntrico barrio de Sidney, es ahora una zona residencial, pero con un pasado industrial. El arquitecto australiano Raffaello Roselli, al recibir un encargo para una oficina y un local comercial en una esquina de una parcela, también con uso residencial, se encontró con un viejo cobertizo de hojalata, sin ventanas, que constituía un testimonio excepcional del pasado industrial del suburbio.
“El cobertizo de hojalata” (tin shed, en inglés), aunque oxidado, tenía una gran fuerza plástica, por lo que Roselli decidió reutilizar las viejas chapas, con un lenguaje adecuado, en el nuevo edificio. Se proyectó y construyó un pequeño edificio de dos plantas, con una estructura de madera. En la planta baja se ubica un local comercial y una oficina en planta alta, con gran ventanal en la esquina. La vivienda está perfectamente aislada, con unos paneles sandwich de madera tratada, que están revestidos con las mismas chapas de hojalata del viejo cobertizo. El óxido y todas las huellas que ha ido dejando el paso del tiempo a las deterioradas chapas producen unos bellos efectos que hacen más atractivo el resultado final.
Roselli pretendió que la construcción se vaya percibiendo de forma diferente según las chapas de hojalata vayan envejeciendo de forma diferente unas de otras y vaya cambiando su materialidad expresiva. Leer más aquí