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CONCURSO POLIGONO LA PAZ. JUNIO 2006 146

Doce años haciendo propuestas para solucionar los graves “problemas urbanos” del vulnerable Barrio de la Paz de Murcia, problemas urbanos que son problemas humanos, problemas de derechos humanos. Doce años llevamos “predicando en el desierto”, no entendiendo porque no son tenidas en cuenta razonables propuestas, que son convertidas en manipuladas polémicas, mientras que los necesitados habitantes del entrañable barrio van envejeciendo o desapareciendo, perpetuándose una injustísima situación.

El Barrio de la Paz, o el “Polígono”, como lo conocen sus vecinos, es uno de los muchos barrios creados por la iniciativa pública, en la década de los 60 del siglo pasado, para alojar a los trabajadores procedentes del mundo rural, que se trasladaban a trabajar y vivir en las ciudades en un proceso de relativa industrialización.

Estos barrios fueron concebidos unitariamente, teniendo un aceptable diseño. Se situaban próximos a las ciudades, pasando a ser barrios céntricos según aquéllas iban creciendo. Esta nueva centralidad los convertía en “objetos de deseo” para especulativos inversores, generando muchos conflictos de intereses con las necesidades de los habitantes de los referidos barrios.

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El Barrio de la Paz de Murcia, es un claro ejemplo de estas situaciones referidas, tal vez es incluso un caso “caricaturesco” de los citados “conflictos de intereses” por la forma en la que fue diseñado su asalto por parte de los especuladores con la complicidad de los políticos que trabajaban para ellos desde las Administraciones Públicas.

Como hemos indicado el barrio era de titularidad pública, tanto sus edificios como el suelo del conjunto de la actuación urbana pública. Su propietario inicial, esto es, el Ministerio de la Vivienda (ahora integrado en el Ministerio de Fomento), heredero del “Instituto Nacional de la Vivienda” franquista, transfirió la titularidad de las viviendas y su gestión a la Comunidad Autónoma de Murcia, pero siguió siendo el propietario del suelo donde se asentaban las calles, los espacios públicos, los equipamientos, etc….

La citada Comunidad Autónoma inició un extraño proceso de privatización de las viviendas, que sin duda algún día será investigado, por historiadores, pero también por fiscalías y jueces. Con la disculpa de ya no ser propietario principal “abandonó  a su suerte” al necesitado barrio y a sus necesitados habitantes, de la misma manera que fue abandonado por el Ayuntamiento, e incluso por su propietario mayoritario, esto es el Estado, como sigue indicando el Registro de la Propiedad.

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La estrategia empleada para servir a los intereses especuladores fue muy imaginativa, pero sobre todo fue muy cruel con unas personas que necesitaban más que nunca el apoyo de los poderes públicos para recuperar su dignidad.

Se modificó, de una manera totalmente irregular, el planeamiento urbanístico, multiplicando por “seis” (¡!!!!) la edificabilidad, pero haciendo beneficiario de las enormes plusvalías que se iban a producir a muchos inversores, que se habían hecho con la propiedad de las viviendas extrañamente privatizadas y a un “estrambótico gestor”, que hoy está desaparecido.

Es decir, con independencia de la calidad y legalidad del aberrante Plan Urbanístico aprobado, se le concedían las plusvalías de la operación a los gestores e inversores y no a sus legítimos dueños, es decir, el Estado y los habitantes del barrio. A modo, de ilustración del esperpento, se creaba la figura del “realojo” para los inversores, que nada o muy poco habían invertido, no para los necesitados vecinos, llegando algún acaudalado constructor a ser beneficiario de innumerables realojos.

Durante el desarrollo de todo el proceso, para el que no se regatearon fondos y fueron utilizados  mediáticos arquitectos y otros profesionales, se buscó la complicidad de una parte de los vecinos, que fueron engañados con imposibles promesas. Por supuesto, colaboraron los medios de comunicación, con sus honorables excepciones y con un silencio cómplice, la mayoría de los partidos políticos.

Sólo una admirable asociación vecinal y el Colegio de Arquitectos, se opusieron al increíble expolio planificado y ofrecieron muchas soluciones alternativas para “regenerar el barrio” y atender las necesidades de los vecinos.

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El Colegio de Arquitectos (COAMU), apoyado por los vecinos “no colaboracionistasorganizó foros, talleres e incluso convocó un “concurso multidisciplinar” buscando soluciones para la problemática del barrio. Tras la resolución del concurso se realizó un intenso Taller, que dio lugar a la propuesta conocida como “Ciudad Maclada” que generaba un nuevo modelo de ciudad, partiendo del Barrio de la Paz regenerado y nuevo centro de gravedad del municipio.

En el taller participaron muchos profesionales, expertos de diferentes disciplinas y sobre todo muchos vecinos, tanto del barrio como del resto de la ciudad. En este punto queremos destacar la encomiable labor realizada por el arquitecto Javier Peña Galiano, que además de haber sido el ganador del concurso, generosamente coordinó al resto de los participantes para realizar una propuesta de mucho mayor alcance y mucho más completa.

Muchos años después los graves problemas del barrio se han agravado, habiendo desaparecido o “emigrado” muchos de sus habitantes originales. La crisis detuvo la “iniciativa especuladora y expoliadora”, habiendo también desaparecido algunos de sus impulsores o estando, una parte considerable de ellos, resolviendo problemas con la “Justicia”, por sus desmanes en éste y en otros asuntos.

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Pero, lo peor de todo son los gravísimos problemas que se han acrecentado e incrementado, habiéndose perdido muchos años con las irrealizables y egoístas propuestas, dilapidado muchos recursos, desaprovechado oportunidades, …..

 Y los nuevos regidores de las tres Administraciones, municipal, autonómica y estatal siguen sin reaccionar. Nosotros hemos seguido haciendo propuestas, adaptadas a las nuevas situaciones y en ese contexto se produce el presente artículo, dentro de una serie de propuestas que iremos compartiendo.

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En este momento, doce años después, la situación física del barrio ha seguido empeorando, encontrándose en un estado de total abandono por parte de las Administraciones Públicas. Las calles, los espacios públicos y los equipamientos se han seguido deteriorando o, simplemente, han desaparecido, como la ejemplar guardería que fue derribada en una cruel acción administrativa, carente de cualquier racionalidad. Las viviendas siguen con las mismas carencias, pero en peor estado físico, estando muchas de ellas en una situación de inhabitabilidad total.

La situación jurídica es bastante confusa. Podríamos entender que la Modificación del Plan General está definitivamente aprobada, a pesar de las irregularidades en su tramitación y el incumplimiento de muchas normas de rango superior. Entendemos que, a efectos prácticos, la citada Modificación simplemente en consiste en un “aumento de edificabilidad”. El diseño formal del “nuevo barrio” estaría por determinar.

La posible reparcelación, o “proceso de redistribución de beneficios y cargas” estaría sin realizar, a pesar de haberse constituido una extraña Junta de Compensación.

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Podemos afirmar que la situación real es que la edificabilidad del barrio ha aumentado considerablemente y que los beneficiarios de ese aumento serían los propietarios, fueran quien fueran, del suelo del barrio.

Por otro lado, ha desaparecido el interés por los problemas del barrio de los habitantes del resto del municipio. El Barrio de la Paz se encuentra totalmente olvidado y ya no despierta el interés mediático de otras épocas. Han desaparecido los principales protagonistas de los antiguos conflictos y no se intuye iniciativa alguna, ni pública, ni privada de intento de regeneración física y social del barrio.

Pese a todo, persisten, agravados, los problemas y el barrio mantiene la misma situación estratégica y urbanística para convertirse en el nuevo centro de gravedad que proponía la iniciativa CIUDAD MACLADA.

PROPUESTA DE ACCIÓN

Partimos de aceptar las situaciones planteadas, es decir, aceptamos, aunque no nos guste el aumento de edificabilidad concedido al barrio, entendiendo que los posibles beneficios económicos que genere el referido “aumento de edificabilidad” deberá ser revertido en el propio barrio para solucionar los problemas planteados.

¿Quiénes son los beneficiarios de los beneficios generados? Pues lógicamente, como en cualquier actuación urbanística, los propietarios del suelo, cada uno, en la proporción que aporte. ¿Qué herramienta de gestión debe utilizarse? Pues lógicamente, como en cualquier actuación urbanística en la que el propietario mayoritario es una administración pública, debe utilizarse el “sistema de cooperación”.

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Entendemos que el aumento de edificabilidad aprobado si es aplicado en la zona, generaría gravísimos problemas urbanos. Pero la edificabilidad añadida puede ser transferida, con un racional reparto, a otras zonas del municipio. Por tanto, esta edificabilidad sobrante podría ser vendida a terceros actores en otras zonas y el dinero obtenido con la venta podría ser utilizado para financiar las operaciones de “regeneración del barrio”.

Creemos que se deben aprovechar todos los análisis realizados y las propuestas surgidas de la iniciativa CIUDAD MACLADA. Cualquier acción que se produzca debería ir encaminada a dotar al barrio de esa nueva centralidad, de baricentro de la “red de redes propuesta”.

Entendemos que no se puede esperar a la aparición del “gran salvador”, de la “gran idea” o de “la financiación total”. Creemos que la estrategia a emplear pasa por pequeñas actuaciones que resuelvan problemas concretos y desterrar la actual paralización debida a la espera de la gran solución que no llega nunca.

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Por todo ello proponemos empezar por resolver lo problemas concretos de una “micro zona concreta” a modo de “enzima que acelere la puesta en marcha de la resolución de las demás zonas.

Es decir, si elegimos un pequeño bloque, en el que tras identificar los problemas y carencias concretas de sus viviendas, realicemos un proyecto de rehabilitación o de nueva planta (lo que proceda) y lo ejecutemos, financiado con la venta o hipoteca de la edificabilidad sobrante, habremos recuperado un pequeño edificio y habremos puesto en marcha la posibilidad de inicio de otros pequeños edificios, de forma autónoma, sin depender unos de otros.

En cuanto comiencen a ser recuperado algún edificio, con los criterios generales establecidos, se generará una atracción hacia la zona, estratégicamente situada, lo que sin duda acelerará los procesos.

Explicado de otra manera: una vez aceptada la nueva edificabilidad y que esta puede ser transferida y vendida a otras zonas del municipio, proponemos redactar un Plan Director Unitario, a modo de los antiguos “Estudios de Detalle” que tenga en cuenta todas las determinaciones de CIUDAD MACLADA, tanto las urbanísticas, como las sociales. El citado Plan Director marcaría las pautas generales de actuación, definiría todos los elementos comunes, todos los espacios y equipamientos compartidos, así como la relación con el resto del municipio y su “nueva red de redes”. Pero el P.D. dejaría total libertad para resolver los problemas internos de las “micro zonas”, que serían autogestionadas.

Por otro lado, se redactaría, también con un carácter unitario, un “Proyecto de Cooperación”, que determinaría los beneficios y cargas de todos los actuantes y su contribución a la gestión de todo “lo común”. Además daría las pautas para la gestión del uso o venta de la edificabilidad sobrante y las obligaciones que cada bloque debería atender.

Una vez, que estén definidos tanto el Plan Director, con los criterios establecidos en la iniciativa CIUDAD MACLADA, convenientemente revisados y actualizados y esté, así mismo redactado el Proyecto de Cooperación, que redistribuya beneficios y cargas, cada zona puede emprender de una manera totalmente autónoma la recuperación de sus edificios y zonas comunes colindantes.

Con la estrategia expuesta creemos que compatibilizamos un proyecto unitario, ampliamente consensuado con la libertad y autonomía de sus protagonistas, que podrán gestionar de forma muy cercana la resolución de sus problemas individuales, además de contribuir a resolver los problemas colectivos.

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Entendemos, también, que dentro del referido Proyecto Unitario, se puede generar una gran cantidad de soluciones diferentes, todas auto gestionadas, que contribuyan a crear un nuevo barrio MUY DIVERSO, y con mucha vida.

Sin duda, se generará una atracción hacia vecinos de otras zonas, hacia empresas y comercios, que revitalizará la zona y servirá para solucionar carencias internas. Entendemos, también, que se deberá potenciar la implantación de importantes equipamientos, públicos o privados, en el interior del barrio, que actúen como elemento “catalizador de actividad”. Así mismo, el Ayuntamiento debería tratar de celebrar el máximo número de actividades ciudadanas en el interior del barrio.

Lo expuesto, aunque en apariencia pudiera parecer complejo, puede ser relativamente fácil de implantar, por la estrategia explicada de segmentar los problemas y dentro de las normas generales, dejar bastante libertad de gestión parcial.

No debemos dejar pasar otra década y debemos saber activar todas las medidas expuestas. El conjunto de la ciudad, sin duda, lo agradecerá.

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