Hoy vamos a compartir la “historia de una obsesión”, esto es, la de una persona para poder vivir en el lugar de sus sueños, donde era imposible construir. El parlamentario laborista y novelista británico Bob Marshal-Andrews, disfrutó sus vacaciones, durante 25 años, en un viejo barracón, que había servido como refugio militar. La construcción ya muy deteriorada, estaba ubicada en un impresionante acantilado, altamente protegido, frente a la bahía de St Brides, en la costa sudoeste de Gales, todo ello dentro del bellísimo Parque Nacional de Pembrokeshire, de altísimo valor ecológico.
La normativa y el alto grado de protección impedía construir absolutamente nada, además la condición de parlamentario de Marshall-Andrews, dificultaba más, por las lógicas repercusiones políticas que podría conllevar. Pero el diputado se obsesionó con poder retirarse a vivir en ese idílico lugar. En los paseos por la zona con sus amigos, los innovadores arquitectos Jan Kaplicky y Amanda Levete, descubrieron, que los refugios subterráneos, al modo de la vieja arquitectura celta, podrían estar permitidos. Kaplicky y Levete, integrantes de Future Systems, una de las oficinas de arquitectura más vanguardistas de la última década del siglo 20, propusieron construir hacia abajo, al modo de las construcciones enterradas del norte de Escandinavia, proponiendo una flexible vivienda, que no podría ser percibida desde casi ningún lugar.
Future Systems proyectó una vivienda, con unas innovadoras técnicas bioclimáticas, que tenía una aerodinámica composición. Utilizaron el terreno natural como material de composición, restaurando posteriormente el paisaje circundante. La vivienda, muy confortable en su interior, con una impresionantes vistas sobre el bello acantilado, era prácticamente invisible a una determinada distancia. Los técnicos municipales, sin dudarlo un momento, concedieron los permisos necesarios, considerando la construcción propuesta como totalmente compatible con el bello paraje.
Desde Canal Fuctura, reflexionamos sobre las rigideces de la normativa en nuestro entorno, que, en muchos lugares impide acertadas propuestas, similares a las de Future Systems, permitiendo otras soluciones mucho más dañinas, que arrasan con los paisajes que se pretende conservar. Leer más aquí